Hace unos días estuvimos en “El Pago del Vicario”. Esto es un vino, un hotel y una bodega (como la Santísima Trinidad, pero inteligible). El sitio resultó de lo más “chic” y el restaurante impresionante (del vino ni hablamos). Las imágenes dan una idea de lo que era el hotel y la bodega. Por cierto, como había bicicletas a disposición de los clientes (para dar un paseo entre vides) las probamos y nos hemos aficionado al deporte de las dos ruedas. Que tiemble Indurain.
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