martes, 24 de julio de 2007

Facturando

El arranque del viaje no tiene nada de especial, es como cualquier otro de los cienes y cienes que hay cada día. Por desgracia fue eso, como cualquier otro en todos los aspectos, maletas perdidas incluido, por difícil que parezca se pueden perder veinte maletas de un mismo vuelo que no realiza escalas ni nada por el estilo. Yo pensaba que el asunto era fácil; te ponen unas etiquetas en las que dicen al personal de tierra a que avión hay que subirlas, luego se suben al susodicho avión y se recogen cuando este aterrice... Pues no, al aterrizar hay varias maletas que nadie sabe muy bien a donde han ido a parar. Yo creo que las nuestras estuvieron con los calcetines que se tragan las lavadoras, pero es sólo una sensación.

Este no era nuestro avión, pero seguro que en él también desaparecieron maletas.

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