martes, 24 de julio de 2007

La sorpresa

Tras un viaje en avión bastante tranquilo y corto -unas tres horas y media- el fatigado viajero aterriza en Estambul, frontera entre Asia y Europa, cuna de civilizaciones y manantial de paz. Lo malo es la cara que se te queda al ver que no tienes maletas con las que disfrutar de todos los atributos antes descritos. Como Inma se fue al servicio se perdió el suceso y fui yo el encargado de comunicarle la buena nueva. Ella no se lo creía -normal por otra parte, con la cantidad de sandeces que le cuento a la hora- y tras reclamar en Español, Inglés y Sánscrito -y no en este orden- nos fuimos a nuestro hotelito de cuatro estrellas -en la escala de estrellas estambulíes, que son iguales en número pero bastante más cutres en calidad- donde procedimos a organizar nuestra vida de ascetas/ turistas. Pensamos que no era para tanto, ya que la chica que nos atendió en el sufrimiento nos aseguró que al día siguiente las maletas vendrían en un avión y que nos las llevarían al hotel de cuatro estrellas -categoría Estambul-. Pero no, ni maletas, ni avión ni ropa para cambiarnos, las maletas habían desaparecido como Roldán en sus buenos tiempos y nadie -ni el gran buscador global al que llamamos con devoción- nos supieron decir que iba a ser de ellas.

Esta bandera ondeaba a doquier.

3 comentarios:

Realshit dijo...

¿hondeaba?

Mira lo que dice de ello nuestra amiga la RAE

hondear.(De hondo).

1. tr. Reconocer el fondo con la sonda.

2. tr. Sacar carga de una embarcación.


hondear.

1. intr. Disparar la honda.


Seguro que Blecua (http://www.noticiasdealava.com/ediciones/2006/06/26/mirarte/cultura/d26cul77.387454.php) estará muy orgulloso de que metas su letra por doquier pero....

Colines dijo...

Tienes razón Diego, ups...

Realshit dijo...

Pues luego lo estuve pensando y supuse que siendo tú un tipo tan culto, debía ser una broma que yo no había pillado...