miércoles, 19 de mayo de 2010

Parpadeos

Desde la aparición del iPad se ha establecido un debate generalizado en diferentes foros sobre lo adecuado que el aparato puede ser para la lectura de libros (no es una redundancia, ya que se pueden leer más cosas como cómics, revistas e incluso imágenes). Me resulta muy gracioso ver como los argumentos siempre giran en torno a que una pantalla retroiluminada es peor para este fin (hoy mismo lo comentaban compañeros de trabajo hablando sobre el miniportátil de los alumnos de quinto curso) ya que NADIE (lo pongo en mayúsculas para que se vea) presenta algún tipo de base argumentada para su razonamiento. Es una de esas cosas que todos sabemos que son así, como que las alcantarillas están llenas de cocodrilos ciegos o que Walt Disney esta congelado. El motivo por el que nos cansa la vista un ordenador, un libro o Cristina Almeida, es porque nos quedamos embobados al mirar. Se presta tanta atención a la tarea que nos ocupa, que la frecuencia de parpadeo disminuye de diez veces a tres o cuatro por minuto. Resumiendo, punto uno; da igual un cacharro que otro (libro de papel incluido) salvo detalles a los que puedan atender especialistas del Instituto Barraquer. Punto dos; que malo es hablar sin tomarse la molestia de leer (en el soporte que uno prefiera, claro está) un poco antes.

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