martes, 17 de marzo de 2009

Pulpo a la griega

Esta mujer (sé que puede parecer un hombre, pero no lo es) se dedicaba a la pesca de pulpos. Los sacaba del agua (no vimos cómo), quitaba sus corazones y golpeaba los cadáveres contra el suelo. Habíamos terminado de comer hacía unos minutos y pudimos dar fe de que en el restaurante no pusieron el mismo mimo con su cocina. Creo que la mejor foto del viaje estaba ahí mismo, a la orilla del Egeo, sacando corazones y golpeando pulpos. Mientras tratábamos de hablar con ella, los ingleses se dedicaban a vomitar los excesos de la noche anterior en el baño del bar más cercano. Creo que ellos no hicieron la misma reflexión sobre el valor de una foto.



La mujer en plena fase de golpeo.

Una barca con solera

Las redes tristes de Neruda

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