Todo en NY llama la atención, supongo que el hecho de haber visto imágenes de ese lugar desde que se dan los primeros pasos influye un poco en el conocido fenómeno “mehequedadotraspuesto coma estomeesinverosimil”. Ahora en serio, hay un par (como poco) de momentos durante la estancia en los que uno se queda con una cara parecida a la Paco Martínez Soria en su primera visita a Madrid. Times Square es un claro ejemplo de esto. Según nos contaron los guías, los edificios (o algunos de ellos) donde cuelgan los carteles están vacíos, sólo sirven como soporte, aunque hay personal de seguridad en ellos. Esta es una de tantas historias que uno no sabe si creer, porque el espíritu yankee hace que sus ciudadanos sean un poquito chovinistas y hayan inventado hasta la dignidad (aunque algunos parecen haberla olvidado). Un demostración de esta ¿capacidad? fue el momento en el que la guía que nos llevaba a Washington nos hablaba de Benjamin Franklin y nos recordaba que era un gran inventor. Pues bien, entre sus logros se contaban (según esta señora, claro) inventos de gran transcendencia en la humanidad como el para rayos (esto era conocido por todos en el autobús) y ¡¡¿¿el jabón??!!. Ya veis que gracias a los estadounidenses nos podemos bañar y no olemos a rayos (me ha salido un chiste malo, perdón). Sin ánimo de ofender a los “Estates” (esta gente tiene el gatillo fácil) el jabón lo usaban un poquito antes (en el tercer milenio a c, para ser exactos) gente como los Sumerios. Inventos al margen, os dejo con algunas imágenes de Times Square. Atentos a próximas entregas.
Con mi nueva familia YankeeTimes Square en vídeo
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