Dados los achaque propios de la buena vida -gota, obesidad, intoxicación por la tinta de los billetes, etc- la clase pudiente se ve obligada, año tras año, a disfrutar del relajo y buena vida que ofrecen estos remansos de salud llamados balnearios. En el caso de la noble Guadalajara, dos de sus más destacados aristócratas se desplazaron con su séquito a la localidad de Alhama de Aragón para iluminar con su presencia a las gentes de la villa. Las termas Pallarés se complacieron en acoger a tan nobles viajeros y ofrecieron sus mejores servicios y viandas. El Barón Bon Perdo destacó lo original del lago termal natural, mientras que la Condesa Ismaculada disfrutó mucho de los baños artificiales y la buena cocina. El final de su estancia concluyó cuando tan noble pareja abandonó los parajes baturros con la humildad que les es propia.
1 comentario:
Acabamos de descubir vuestra entrada ! Original y divertida forma de contar vuestra estancia en nuestro Balneario. Gracias por compartir con los usuarios las fotos y dedicarnos un espacio.
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